Ranchos ganaderos en la Costa. Foto: Ernesto J. Torres
Esteban Ríos Ríos tiene 80 cabezas de ganado, de las cuales 20 son vacas lecheras. El ganado local es de libre pastoreo, y las vacas lecheras se juntan en un corral para ser ordeñadas a mano.

Ranchos ganaderos en la Costa

Fotos: Ernesto J. Torres

Al ver las vacas en las camionetas de Puerto nos preguntamos ¿de dónde vienen y adónde van? Pues, parece que la ganadería es algo grande en Bajos de Chila, Puerto Escondido y Santa María Colotepec. (Pero no tanto como en Río Grande, un poco más al oeste).

O mejor dicho, la ganadería es algo grande y pequeña aquí. Los ranchos grandes tienen más de cien cabezas, sin incluir búfalos, mientras otros solo tienen diez. Hay personas que tienen una vaca en el traspatio para proveer leche y queso para la familia.

Empezamos nuestra investigación preguntándole a Daniela Rojas Almaraz, la dueña de la quesería La Peregrina en Camino a Puerto Angelito, dónde conseguía la leche para fabricar sus quesos y yogures. Ella nos llevó al corral de Esteban Ríos Ríos en Puerto Escondido, cerca del Cerro de la Vieja, sobre el camino de terracería que conecta la carretera 200 con la Colonia Aeropuerto. Allí vimos cómo se ordeñaban las vacas a mano.

Foto: Ernesto J. Torres

El seguir indagando nos llevó a la Asociación Ganadera Local General en Chila, cuyos 90 miembros tienen entre 5 y 120 cabezas de ganado, con un promedio de 30 a 35 vacas y becerros.

Foto: Ernesto J. Torres

La ganadería empezó en Chila en los años 1950 con la extensión de la carretera 131 (de terracería en ese entonces) de Sola de Vega a Puerto Escondido. La mayoría de rancheros de hoy en día tienen sus raíces en Sola de Vega.

Por cuestiones del clima tropical, semiárido de la costa y que el ganado es de libre pastoreo, se recomienda tener una hectárea por cabeza. Durante la época de secas muchos rancheros complementan la alimentación de su manada con forraje de alfalfa, maíz, cacahuate y ajonjolí de la región.

Las vacas de Ríos Ríos en el corral. Foto: Ernesto J. Torres
Las vacas de Ríos Ríos en el corral. Casi todo el ganado de la costa es una mezcla de cebú brahman y suiza.

Los toretes casi siempre terminan vendiéndose en el mercado semanal de San Antonino Castillo Velasco en los Valles Centrales de Oaxaca. Los compradores son rancheros de otros estados con mejores climas donde se dedican a la engorda. Localmente un torete de 8 meses se vende en $7,000 pesos y uno de 18 meses en $12,000.

Como imaginábamos, el abigeato es un gran problema aún cuando los animales tienen registro y arete.

Toda la carne que se vende en los mercados de Puerto proviene de ranchos locales. La mejor carne es la de terneras de tres años. Pero como la carne no se certifica, también puede provenir de una vaca vieja.


En enero, visitamos a Ángel Ríos Ramírez en su casa en el centro de Chila; de ahí fuimos a su rancho, que queda a quince minutos en dirección a los cerros. Él tiene tanto a sus cerdos y gallinas en el traspatio de su casa, como a los becerros que acaba de destetar.

Ranchos ganaderos en la Costa.
Foto: Ernesto J. Torres

Ángel convierte la milpa en forraje para engordar sus vacas en el traspatio. Primero quita las mazorcas para luego moler el maíz y hacer masa para las tortillas de su casa. El resto de la planta se tritura para alimentar al ganado.



Ranchos ganaderos en la Costa. Foto: Ernesto J. Torres

Ángel tiene 20 vacas y becerros en su rebaño incluyendo las de su casa. Tuvo un toro por cinco años, pero lo mató una serpiente. Cuando llegamos al rancho, Ángel usó el claxon para que las vacas supieran que ya había llegado, las juntó y encorraló.



The cows ate first. Foto: Ernesto J. Torres

Primero comieron las vacas; mientras las becerras esperaban su turno.


Ranchos ganaderos en la Costa. Foto: Ernesto J. Torres

Ranchos ganaderos en la Costa. Foto: Ernesto J. Torres

Ángel planea construir una casa para su familia en su rancho de 25 hectáreas.



Ranchos ganaderos en la Costa. Foto: Ernesto J. Torres

Después visitamos el rancho de su mamá. Ángel me cargó gentilmente en su espalda para cruzar el arroyo. Su abuelo, quien había sido arriero, traía mercancía de Sola de Vega a las plantaciones de café, se mudó con sus vacas a Chila hace 70 años cuando apenas se abrió la carretera 131 de Sola de Vega a Puerto Escondido. La familia cría ganado desde entonces.

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