Dance of the Devil
La Danza del Diablo con una quijada de burro.
Foto: Mario Jiménez Leyva — Noticias Oaxaca


Afro-Mexicanos en la costa de Oaxaca

Por Gretell de Gala

Gretell de Gala Torres Baños con su papá, 
	Ing. Amado Torres Gómez y su abuela Fabiana Gómez.<br />Foto: Ernesto J. Torres, Casa 12
Gretell de Gala Torres Baños con su papá, Ing. Amado Torres Gómez y su abuela Fabiana Gómez.
Foto: Ernesto J. Torres, Casa 12

Si me miras es obvio que soy de descendencia africana. Se nota tanto por mi tez morena clara como el cabello chino, pero también se ven rasgos indígenas y europeos, así que soy Afro-Mestiza. En fin, no soy muy diferente a mucha gente de la costa oaxaqueña, especialmente de Tututepec, Jamiltepec, Pinotepa Nacional y otros municipios colindantes.

Sin embargo, cuando realicé mis estudios universitarios en Cuernavaca, hace unos 4 años, aprendí de la ignorancia de muchos mexicanos sobre la existencia de oaxaqueños como yo. Creían que era de Veracruz o de Cuba, incluso alguna vez me preguntaron si era de Jamaica. Y por supuesto no sabían nada de la historia ni de la cultura de mis familiares.

Puerto Escondido artista y surfista 
	Julio Soto Noyola con su mamá Minerva Noyola Patiño.<br />Foto: Ernesto J. Torres, Casa 12
Puerto Escondido artista y surfista Julio Soto Noyola con su mamá Minerva Noyola Patiño.
Foto: Ernesto J. Torres, Casa 12

Nuestra historia comienza en el siglo XVI cuando los españoles trajeron africanos como esclavos para trabajar en los ranchos ganaderos y plantaciones de algodón de la costa de Guerrero y Oaxaca. Desde el principio hubo negros que lograron escapar y fueron a vivir con la gente indígena. Mientras tanto muchas negras sufrieron violaciones o cohabitaban con los españoles. También hubo esclavos que huyeron y formaron sus propias comunidades en lugares de la costa que aún hoy en día son de acceso difícil, desarrollando sus propias costumbres y tradiciones.

Actualmente, la influencia africana se nota en la comida, la medicina tradicional, la música y la danza que diferencian a la Costa Chica de otras regiones del país. Entre sus herencias encontramos: las casas llamadas redondos que se pueden ver en Chacahua, tienen su origen en Ghana y Costa de Marfil. Los instrumentos musicales incluyen el cajón, el bote (instrumento que imita los sonidos de un león) y la quijada. Y la Danza de los Diablos.

Charco Redondo, Tututepec<br />Foto: Ernesto J. Torres, Casa 12
Charco Redondo, Tututepec
Foto: Ernesto J. Torres, Casa 12

En la boda de mi tío, en un pequeño pueblo afro-mestizo de Guerrero, las mujeres en sus faldas largas de colores vivos, abultadas y con holanes, bailaban en círculos con una botella de cerveza en la cabeza sin parar de darle tragos a la misma. Los hombres bailaban en otro grupo pero con cerveza en mano y machete o pistola a la cintura.

Después pregunté a mi abuela como era que esas mujeres podían balancear la cerveza en sus cabezas, y me explicó que su cráneo se ha aplanado por cargar por tantos años las tinajas llenas de ropa para lavar en el río. Algunas tradiciones tal vez sea mejor no continuarlas.

Aunque, según el INEGI, hay alrededor de 1.4 millones de mexicanos que se reconocen como afro-mestizos en México, el Gobierno Federal no los reconocen como etnia, principalmente porque no hablamos una lengua indígena propia. Por lo tanto los afro-mestizos no reciben la ayuda que se le da a las comunidades indígenas.

CIMA reunión en el Hotel Santa Fe<br />Foto: Ernesto J. Torres, Casa 12
CIMA reunión en el Hotel Santa Fe
Foto: Ernesto J. Torres, Casa 12

Esta es una situación que quiere rectificar la Cátedra Itinerante para Mujeres Afrodescendientes (CIMA) que se realizó en Puerto Escondido en mayo pasado. Las seis mujeres del consejo, Rosa María Castro (Charco Redondo), Jualiana Acevedo (Morelos, Huazolotitlán), Yolanda Camacho (Santa Rosa, Tututepec), Sandra Luz Villalobos (Ciudad Ixtepec) y Beatriz Amaro (Lo de Soto), se han enfocado en la condición de las mujeres afro-mestizas por los escasos recursos al que tienen acceso. Una gran mayoría son analfabetas o no tienen primaria terminada y son víctimas de discriminación racial, xenofobia y violencia.

CIMA desde el comienzo contó con el apoyo de la CNDH (Comisión Nacional de Derechos Humanos) y la Dirección de Equidad y Género de la UABJO (Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca). El trabajo de CIMA es sin fines de lucro y busca más participantes a sus cátedras. Para información o donativos llama al 958 115 3632 o escribe a casalros@hotmail.com.

Eva Victoria Gasga Noala representa a Ecosta Yutucui, 
	Santa Rosa de Lima, Tututepec<br />Foto: Gretell de Gala
Eva Victoria Gasga Noala representa a Ecosta Yutucui, Santa Rosa de Lima, Tututepec
Foto: Gretell de Gala

A nivel local, Eva Victoria Gasga Noyala trabaja con las comunidades Afro-mexicanas en Tututepec (municipio al oeste de San Pedro Mixtepec) a través de Ecosta Yutucui. Ella fue nuestra guía en Charco Redondo y El Azufre. También forma parte del consejo asesor para la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) y ha estado activa durante los últimos cinco años en la lucha por lograr el reconocimiento constitucional de las comunidades Afro-mexicanas para que sus voces puedan ser escuchadas y sus preocupaciones abordadas. Puedes ponerte en contacto con Eva al celular 954-113-6076 o gevavictoria@yahoo.com.mx.

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