Bacocho - El fraccionamiento más antiguo de Puerto
No conocía Bacocho pero sabía que no me gustaría vivir allí. La suposición de que por ser gringa, tendría que vivir en un gueto gringo era un insulto para mí. Así que durante un año, mientras yo buscaba una propiedad para construir, me negué a ver cualquier cosa en la zona. Por supuesto, terminé viviendo en Bacocho.
Bacocho no es pintoresco, ni es el Puerto típico; bien podría ser una colonia de clase media en cualquier lugar de México o el sur de California. Pero tampoco es un enclave gringo de los residentes de invierno. Por lo menos en la parte de Bacocho donde yo vivo, hay tantas casas en hilera de un solo piso, como las hay de dos pisos con techo de palapa. Mis vecinos son mexicanos e italianos, trabajan, envían a sus hijos a las escuelas privadas cercanas, y dejaron escapar un suspiro colectivo de alivio cuando descubrieron que una profesora de idiomas se mudaba a la manzana, y no un residente de invierno o surfista.
Bacocho es el fraccionamiento más antiguo de Puerto, remontándose a 1975. Un fraccionamiento es un barrio residencial planificado donde las calles están pavimentadas y las líneas de servicios públicos se instalan antes de que los lotes sean vendidos.
Los retornos (rotondas en torno a los pequeños parques) son una característica especial de Bacocho. Hay ocho retornos, pero están numeradas del 1 al 17. Los números de las casas no siguen ningún orden lógico. Puedes elegir tu propio número, sin importar qué número tenga tu vecino. Cuando registré mis planos de construcción con el municipio les pregunté cuál era mi dirección. El que tú quieras, me dijeron. De acuerdo con el título de mi propiedad es el lote 1, de la manzana 2, de la super manzana 1. Esto no debe confundirse con mi dirección postal o lo que está en la señales viales.
No puedo decir que no envidie a las personas que viven cerca de Zicatela por el encanto, la belleza y la vitalidad de sus colonias. Pero eso no me impide regodearme cuando oigo hablar de sus problemas con el agua, los vecinos, el Internet y el estado de sus caminos sin pavimentar.
Historia: A finales de 1960, el gobierno federal, con la ayuda de préstamos del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, decidió invertir fuertemente en el turismo internacional. Ya en 1968, el Banco de México había elegido seis destinos turísticos, que se redujeron luego a tres: Cancún, Ixtapa y Puerto Escondido. (Los otros tres fueron los Cabos y Loreto, en Baja California, y Huatulco.) Así fue que en 1970 el gobierno expropió 1.329 hectáreas de San Pedro Mixtepec - parcela que incluía Bacocho.
Fonatur, comenzó a desarrollar Puerto en 1975, pero se retiró en la década de 1980 cuando fueron incapaces de resolver las demandas de Santa María Colotepec para desprenderse de las tierras expropiadas. Durante su breve estancia, Fonatur nos dio, entre otros regalos, un aeropuerto internacional (abierto en 1985) y las calles y líneas eléctricas de Bacocho.
El fideicomiso de tierras de Puerto Escondido (FIPE), que es una entidad estatal, vendió los lotes del fraccionamiento, sobre todo a inversionistas de Oaxaca. Los inversionistas no estaban obligados a construir, y por muchos años no lo hicieron. En la década de 1980 FIPE construyó las casas en hilera que cubren la zona. Desde entonces la construcción de casas no ha parado. Pero todavía hay muchos terrenos baldíos; algunos pertenecen a los inversionistas originales y algunos están realmente abandonados, ya que nadie sabe quienes son los dueños. En 2007, compré mi lote de esquina, tan pronto como salió al mercado. Creo que la vendedora, una joven de Oaxaca, es heredera del propietario original.
Todos los días me despierto con el sonido de los pájaros en los árboles de los terrenos baldíos en frente de mi casa, y siento que vivo en el campo o al lado de un parque, y estoy contenta. Luego camino unas cuantas cuadras al Cafecito para un capuchino; qué buena vida.
Por Barbara Joan Schaffer
